ASPERGILOSIS
El
termino aspergilosis involucra una serie de enfermedades, la mayoría de ellas
causadas por especies patógenas y oportunistas del genero Aspergillus. Los
tipos de aspergillus más frecuentes son: pulmonar, diseminada, cutánea, ótica,
oftálmica y estados de hipersensibilidad inmunológicos (alergias).
Etiología
Es
producida por hongos Ascomycetes, de
la familia Trichocomaceae, en la actualidad clasificada dentro de la clase
Euascomycetes. Las especies oportunistas son en promedio de 20 y las más
reportadas como causantes de cuadros patológicos son siete: el mas importantes
Aspergillus fumigtus, seguido de otras especies, Aspergillus niger, Aspergillus
flavus, Aspergillus terreus, Aspergillus nidulans, Aspergillus glacus,
Aspergillus versicolor.
Aspectos epidemiológicos
Distribución
Geográfica: la aspergilosis es una enfermedad cosmopolita, que se ha reportados
prácticamente todas las partes del mundo.
Fuente
de infección y hábitat: las diversas especies oportunistas de Aspergillus son
ubicuas, ocupan el primero o segundo lugar dentro de los hongos contaminantes
del ambiente, se aíslan con frecuencia del aire, tierra, plantas, materia
orgánica en descomposición y en especial contaminan alimentos, sobre todo los
que contienen carbohidratos y fibras (pan, dulces, alimento de aves, granos,
etc.) tienen un importante papel en el reciclaje del carbono y nitrógeno.
Muchos brotes nosocomiales de aspergilosis están asociados a obras de reconstrucción
hospitalaria y a ductos contaminados.
Algunas
especies del género de Aspergillus son parte de la flora habitual de diversas
zonas del cuerpo como orofaringe, fosas nasales, piel, saco lagrimal, oído y
tubo gastrointestinal, por lo que su aislamiento debe tener correlación
clínica.
Vía
de entrada: debido a que los conidios de Aspergillus sp. se encuentra
constantemente en el ambiente, la principal vía de ingreso al organismo es la
respiratoria; sin embargo, pueden penetrar por traumatismos cutáneos. Algunos
cuadros clínicos, como otomicosis y onicomicosis, se explican por el solo
contacto con los conidios y sus diferentes mecanismos de patogenicidad.
Sexo
y edad: la aspergilosis se presenta en igual proporción en los dos sexos; se ha
visto en todas las edades, pero la frecuencia en cada grupo etario puede varias
de acuerdo con la forma clínica; por ejemplo, la aspergilosis pulmonar y la
onicomicosis son propias de los adultos, en cambio, la otomicosis y los estados
de hipersensibilidad so más bien de adolescentes y adultos jóvenes. Las ulceras
necróticas cutáneas, palatinas y la infección pulmonar asociada a la leucemia
son propias de niños y jóvenes, y menos frecuentes en los adultos.
Ocupación:
desempeña una función específica en la adquisición de la enfermedad; por
ejemplo las personas que manejan granos (maíz, centeno, trigo, alimento de
aves, etc.) están sujetas a inhalar grandes cantidades de esporas o conidios,
ya que las especies de Aspergillus saprofitan estos productos.
Periodo
de incubación: no está determinada y depende de cada forma clínica.
Factores
de predisposición: la mayoría de las veces la aspergilosis está ligada a
diversos factores, entre los que sobresalen desnutrición, tuberculosis, absceso
hepático amebiano, alcoholismo crónico, carcinomas pulmonares, etc.; o se
presenta en pacientes inmunocomprometidos por linfomas, leucemias, trasplante
de órganos, VIH-SIDA y corticoterapia. A pesar del incremento de casos
VIH-SIDA, pocos se asocian con cuadros de aspergilosis, y cuando se presentan,
lo hacen en forma diseminada. La escasa cantidad de casos de ha explicado
porque la aspergilosis se produce en pacientes con neutropenia y no con linfopenia,
la cual normalmente presenta los enfermos con SIDA; sin embargo la sobrevida de
estos por los actuales tratamientos, hacen que tengan ambos procesos de
inmunosupresión.
Patogenia
El
desarrollo del padecimiento depende del tipo clínico de aspergilosis de que se
trate; la infección inicia por el contacto del hongo con el individuo que,
dependiendo de sus factores de predisposición, presenta una forma clínica
específica. Aspergillus spp., tienen factores de virulencia diversos; lo más
importantes son: adhesinas, pigmentos melánicos, paquetes enzimáticos y
sustancias toxicas. La explicación patogénica de cada forma clínica en la
siguiente:
Aspergilosis alérgica: los
conidios de Aspergillus sp., se inhalan con frecuencia y saprofitan las mucosas
sin que puedan reproducirse; sin embargo, causan producción anormal de moco y
eosinofilia local tisular. Los linfocitos Th2 CD4+ de los pacientes con Aspergilosis
broncopulmonar alérgica están restringidos a la manifestación de antígenos de
histocompatibilidad clase 2. Las moléculas
HLA-DR están asociadas con susceptibilidad; en cambio, las HLA-DQ2 están
relacionadas con resistencia. El hongo puede alterar la calidad del moco,
llegando a impactar el bronquio, que se distiende en forma mecánica. En casos
severos el epitelio es destruido y cubierto por una membrana constituida por
fibrina, células inflamatorias, restos tisulares y escasos elementos fúngicos.
Las lesiones bronquiales se extienden con rapidez y dan síntomas debidos a las
reacciones de hipersensibilidad.
Aspergilomas o saprofitacion
pulmonar: su formación se inicia por la aspiración de
conidios, los cuales se desarrollan en antiguas cavidades tuberculosas o
lesiones tumorales, forman una masa micelial amarilla-café o verdosa que se
rodea de una pared fibrosa; en general es única y se localiza de preferencia en
el lóbulo superior. El centro del aspergiloma está compuesto de una membrana
corrugada, constituida por fibrina, restos celulares y elementos fúngicos
(hifas, conidios y cabezas aspergilares), los cuales se sitúan en la capa
interna de la cavidad. Al desarrollarse, el aspergiloma actúa mecánicamente
como una válvula, provocando obstrucción bronquial. En raras ocasiones el hongo
invade la pared de la cavidad y el pulmón adyacente.
Aspergilosis invasiva: es
el tipo más grave de infección pulmonar; se presenta en especial en pacientes
severamente inmunocomprometidos por leucemia, linfomas, corticoterapia o
trasplante de órganos. El hongo ingresa por vía respiratoria; invade el tejido
pulmonar, que presenta poca reacción; los conidios se desarrollan hasta formar
hifas tabicadas y ramificadas; esto se logra debido a alteraciones en el
sistema inmune primario (polimorfonucleares).
La lesión es muy parecida a un infarto hemorrágico o a un absceso;
debido a la invasión micótica puede afectarse una rama de la arteria pulmonar,
lo cual causa fenómenos trombóticos. La
lesión presenta edema importante, con un centro necrótico, que contiene restos
celulares, fibras reticulares e hifas. En los casos crónicos se ven numerosas
hifas tabicadas, sin conidios; los alveolos se encuentran llenos de material
fibrinoso; existe poca respuesta tisular a la infección, compuesta por escasos
linfocitos y fibroblastos. Esta variedad clínica se disemina con gran facilidad
a diversos órganos de la economía, por la inmunosupresión del huésped y por la
invasividad del hongo, lo cual es generada por una enzima hidrolitica similar a
la tripsina, esto contribuye en gran medida a la extensión de las lesiones.
Aspergilosis diseminada: estas
formas por lo regular son consecuencia de cuadros pulmonares (invasivos) y se
presentan en pacientes inmunosuprimidos.
Formas cutáneas: las
formas cutáneas primarias se inician por lo regular a partir de traumatismos
que inoculan al hongo (venopunción, catéteres, etc.), en especial en individuos
hospitalizados; asimismo, la forma palatina se presenta por aspiración de los
conidios, los cuales perforan el paladar; es un cuadro similar a la
mucormicosis palatina. La onicomicosis inicia en forma similar a otras
infecciones ungueales, como la producida por dermatofitos; las estructuras
fúngicas se instalan por lo regular en el borde libre de la uña, dando una
infección subungueal distal o lateral. Los raros casos de micetoma se presentan
también por inoculación del hongo a
través de traumatismos, hasta forma una estructura micelial organizada (grano),
lo cual explica por qué la reacción tisular es siempre un granuloma supurativo
y, ocasionalmente, a cuerpo extraño. Los casos observados en pacientes quemados
se presentan como una saprofitación del
tejido necrótico. La generación de las infecciones cutáneas se da como
consecuencia de los diversos factores de virulencia de las especies de
Aspergillus, en particular las adhesinas y los paquetes enzimáticos.
Infecciones de ojos y oídos: las
otomicosis son infecciones endógenas, que se presentan como consecuencia de
humedad y exceso de debris celular en el conducto auditivo externo; existe un
crecimiento descontrolado del hongo, lo cual se considera, de manera estricta,
una saprofitación. Las queratitis micóticas, en cambio, son por lo regular
exógenas, se presentan como consecuencia de un traumatismo que inocula al
hongo, y de los factores que lo favorecen, en especial tratamientos con
antibióticos y esteroides tópicos. Se cree que en algunos casos los hongos son
parte de la flora del saco conjuntival y se desarrollan después del
traumatismo, favorecidos por los tratamientos mencionados.
Hay
una serie de factores asociados con la virulencia de las cepas, la mayoría de
los cuales han sido estudiados, en particular en A. fumigatus. Muchos autores
coinciden en que la virulencia de este hongo, como de otras especies, funciona
de una manera multifactorial; son importantes: las adhesinas o proteínas de
superficie, para la interacción con las células receptoras; la producción de
pigmentos de melanina en formas de varillas; una variedad de enzimas, dentro de
las que destacan: proteasas, peptidasas, catalasas, elastasas, fosfolipasas y
superoxido-dismutasa, asi como sustancias toxicas o micotoxinas como dos que
producen lisis celular, la restrictosina ribonucleasa y hemolisina; asimismo,
recién se ha estudiado la gliotoxina, que produce inmunosupresión.
Aspectos clínicos
Las
variedades o formas clínicas de las Aspergilosis son las siguientes:
Aspergilosis pulmonar
Aspergilosis alérgica
Saprofitación pulmonar
(aspergilomas)
Infección pulmonar
invasiva
Aspergilosis diseminada
Aspergilosis cutánea
Ulceras necróticas
Onicomicosis
Micetoma
Saprofitación en
pacientes quemados
Otomicosis
Queratitis micóticas
(ulceras corneales)
Rinosinusitis (bolas
fúngicas)
Miscelánea.
Aspergilosis
pulmonar
Aspergilosis alérgica:
Los
conidios de las diversas especies de Aspergillus con frecuencia están en el
ambiente y, al igual que los pólenes, constantemente ingresan a las vías
aéreas, por lo que algunos individuos, en especial los atópicos, pueden generar
reacciones de hipersensibilidad o alergias, que se manifiestan casi siempre
como renitis, alveolitis y asma; sin embargo, no solo dichos pacientes llegan a
generar este tipo de procesos; por ejemplo, los que están sujetos a inhalar grandes cantidades de conidios (granjeros,
limpiadores de cuero, etc.), pueden dar paso a cuadros como la alveolitis
alérgica extrínseca, de aquí el nombre de “pulmón de granjero”.
En
el caso de Aspergilosis alérgica, el hongo rara vez se encuentra parasitando
las mucosas de las vías respiratorias, proceso que se explica por un estado de
hipersensibilidad, con aumento de anticuerpos (IgE), pero no de las
precipitinas (IgG). En algunas ocasiones, sobre todo cuando hay invasión
bronquial, se puede elevar ambas inmunoglobulinas (IgE e IgG), lo que provoca
infiltrado pulmonar diseminado con aumentos de los eosinófilos. Los signos y
síntomas clínicos por rinitis por Aspergillus
sp., son inespecíficos, es decir, son iguales a los de otros procesos
alérgicos (por hongos, pólenes, etc.); los pacientes presentan rinorrea, edema
de la mucosa nasal, estornudos constantes, epifora, hiperemia conjuntival y
prurito nasal. En el caso del asma, la sintomatología es más intensa debido a
la reducción del diámetro de las vías respiratorias; los aspectos clínicos están
integrados básicamente por una triada, que se presenta por episodios y está
constituida por: disnea, tos y broncoespasmo; como consecuencia de la
ventilación defectuosa, se observan hipoxemia, cianosis, hipertrofia
ventricular derecha y pulso paradójico, esto último en casos muy crónicos.
Es
importante determinar la hipersensibilidad específica en estos pacientes, lo
cual se hace por medio de la intradermorreacción cutánea (IDR) o cutirreación,
con extracto de antígeno de Aspergillus spp., que en general determina la
hipersensibilidad inmediata. Las especies que con más frecuencia producen
Aspergilosis alérgicas son: A. fumigatus, A. flavus, A. terreus y A. nidulans.
Desde
el punto de vista radiológico, se caracteriza por infiltrado pulmonar
transitorio, parahiliar y apical; en ocasiones la obstrucción de un bronquio
por el moco y alguna estructura fúngica da lugar a atelectasias segmentarias, y
rara vez de todo un lóbulo o un pulmón completo. La afección pulmonar por A.
fumigatus suele presentarse como una complicación de la fibrosis quística.
Aspergilomas
o saprofitación pulmonar:
Lo
aspergilomas se forman por la aspiración constante de los conidios, en
partículas de aquellos que saprofitan antiguas cavidades o espacios formados
por procesos como tuberculosis, abscesos, histoplasmosis, sarcoidosis,
carcinomas y bronquiectasis. En un inicio comienzan a invadir dichos espacios,
hasta dar origen a las “bolas o pelotas fúngicas”, que están formadas por masas
de micelio compacto, entremezcladas con el moco; pueden ser móviles; están
generan irritación bronquial y obstrucción, pero no invaden los tejidos. Para
algunos autores, los aspergilomas se forman también como resultado de la
Aspergilosis crónica alérgica.
Cuando
comienza la colonización de los hongos, caso no hay sintomatología’ esta
empieza cuando se está formando el aspergiloma. Muchos pacientes presentan tos
discreta, a veces mucopurulenta y con hemoptisis recurrentes; solo una minoría
refiere fiebre, disnea y ataque al estado general. La imagen radiológica casi
siempre se observa localizada en el lóbulo superior, en un inicio como opacidad
con un halo radiolúcido alrededor en forma de media luna o
croissant (signo de Monod), que es un espacio de aire, cuando el aspergiloma
está bien formado, se ve una radiopacidad redonda bien limitada, que puede
localizarse bilateralmente, pero casi siempre está en el lóbulo superior derecho
(“bola o pelota fúngica”); a veces se puede observar un anillo o circulo
completo de aire que rodea toda la masa fúngica. La mayoría de paciente con
aspergilomas cursa con IgG elevada, mientras que la IgE puede o no estar
aumentada; en los casos en que la IgE se incrementa, el paciente cursa también
con un cuadro alérgico (alveolitis, asma, etc.), y puede darse origen a la
formación de granulomas eosinofilicos. Las especies que forman aspergilomas con
más frecuencia son: A. fungimatus, A. niger, A. flavus.
Infección
pulmonar invasiva:
Llamada
también Aspergilosis invasora, es una entidad clínica poco frecuente y de mal
pronóstico; sin embargo, en los últimos años ha tenido un incremento
importante; es una entidad subdiagnosticada y se calcula que cerca del 30% de
los casos no se confirman; se observan en pacientes inmunosuprimidos, sobre
todo por leucemias, corticoterapia, trasplantes y linfomas. A diferencia de los
aspergilomas, en este proceso si se invade el parénquima pulmonar. El cuadro se
inicia por la aspiración constante de los conidios; después se forman lesiones
pulmonares crónicas, que dan el aspecto de una neumonía necrosante o de
abscesos pulmonares. La sintomatología es más marcada, con tos constante,
expectoración mucopurulenta, hemoptisis, fiebre moderada, disnea, astenia y
adinamia. Conforme el proceso avanza se genera trombosis de los vasos y
necrosis localizada; por tanto, la infección se llega diseminar hacia diversos órganos como: hígado,
intestino, bazo, corazón y sistema nerviosos central.
En
las radiografías se observa una imagen de bronconeumonía con infiltrados y
múltiples zonas de consolidación, que suele confundirse con carcinomas
pulmonares; en las tomografías computarizadas, se puede presentar el sigo de
halo (espacio de aire aproximadamente de 2-3 mm), que es altamente sugestivo de
la enfermedad. El paciente con Aspergilosis invasiva por lo regular cursa con
deficiencia en la inmunidad celular; en cambio, la IgE e IgG no se encuentran
elevada. Las especies que generan Aspergilosis invasiva con más frecuencia son:
A. fumigatus, A. niger, A. flavus.
Aspergilosis
diseminada:
Es
una entidad clínica rara, de mal pronóstico; se presenta en pacientes
severamente inmunosuprimidos, se origina a partir del foco pulmonar invasivo y
se disemina por via hemática hacia cualquier órgano de la economía (bazo,
hígado, corazón, intestino y SNC), donde genera cuadros granulomatosos,
trombóticos y necrosantes. La sintomatología dependerá del órgano afectado.
Aspergilosis
Cutánea
Ulceras
necróticas
La
Aspergilosis cutánea primaria es una entidad clínica rara, propia de pacientes
con procesos debilitantes, que se observa sobre todo en leucémicos o en sujetos
que han sido sometidos a trasplantes (terapia inmunosupresora). La vía de entrada del hongo es cutánea; la
enfermedad se presenta en ambos sexos y en todas las edades, pero se ha visto
con más frecuencias en niños. Se inicia por lo regular como consecuencia de
traumatismos con sondas, cánulas, jeringas y en especial aparece debajo de
esparadrapos o cintas adhesivas. La topografía clínica preferente es de brazos,
piernas y tronco, pero también suele presentarse en palmas y plantas (niños);
al principio el cuadro clínico es muy vago y por lo regular se confunde con
problemas de dermatitis por contacto; se inicia con la formación de pápulas
eritematosas que al progresar forman placas
purpuricas y hemorrágicas con áreas
necróticas. Clínicamente es muy similar a los casos de mucormicosis cutánea
primaria, la sintomatología es de prurito y dolor a la palpación. El pronóstico
de esta enfermedad es malo, porque el hongo puede diseminar por vía hemática a
cualquier órgano de la economía.
A
nivel de paladar también se llegan a presentar ulceras necróticas de desarrollo
tórpido; al igual que las cutáneas, se dan en pacientes con marcada
neutropenia, se ven más en niños con leucemia y se han relacionado con
hospitales en reconstrucción, tal vez por la facilidad con la que los conidios
se transmiten a través del polvo. Es importantes subrayas que son similares a
las mucormicosis y también tienen mal pronóstico. La etiología es casi siempre
por A. flavus (80%), pero se han observado casos de A. niger, A. fumigatus y A.
versicolor.
Onicomicosis:
Las
uñas se afectan de manera esporádica por algunas especies de Aspergillus, como
A. niger, A. terreus y A. flavus. La infección se presenta con más frecuencia
en las uñas de los pies y se parasitan una o varias; el ataque se inicia por el
borde libre, y da un cuadro clínico clásico de onicomicosis subungueal distal;
cuando se hace crónica es distrófica total; estos casos son propios de
pacientes con trastornos circulatorios o posteriores a traumatismos. Desde el
punto de vista clínico, las lesiones son similares a las producidas por
dermatofitos; en un principio las uñas se ven con estrías; luego se vuelve
opacas, polvosas, pierden su consistencia, presentan importante paquioniquia y
en algunas ocasiones toman tonalidades verdosas u oscuras.
Micetomas:
Se
han reportado algunos casos por granos blancos, producidos por A. nidulans y A.
flavus; su aspecto clínico es similar al de los micetomas eumiceticos, es
decir, se presentan sobre todo en miembros inferiores, con aumento de volumen,
deformación de la región que afecta y múltiples trayectos fistulosos de donde
drenan granos blancos o blanco-amarillentos, grandes (1-3 mm).
Saprofitación
en quemados:
Algunas
especies de Aspergillus, como: A. fumigatus y A. niger, saprofitan las lesiones
por quemaduras (muy extensas), sobre todo en pacientes que no reciben adecuada
asepsia, antisepsia y curación de quemadura. El crecimiento del hongo se
observa sobre el tejido necrótico, con un aspecto “mohoso”. Es importante citas
que estos enfermos requieren terapia antimicótica para que se lleve a cabo con
más facilidad el procesos de cicatrización.
Infecciones por Aspergillus en
oídos y ojos
Las diversas especies de Aspergillus suelen
saprofitar el conducto auditivo externo, en especial en individuos que
mantienen los oídos húmedos (nadadores); la participación de los hongos solo es
saprofitica, porque no invaden el tejido, produciendo una otitis micótica
externa. A nivel ocular, las especies de Aspergillus produce queratitis
micótica; en este órgano si se presenta invasión tisular; el cuadro clínico por
lo regular se inicia después de traumatismos oculares o se manifiesta posterior
a ulceras corneales y se intensifica con el uso de esteroides y de antibióticos
tópicos.
Rinosinusitis (Bolas fúngicas)
Las
Rinosinusitis fúngica es un padecimiento que se ha incrementado en la última
década, es causada por diversos hongos filamentosos, con un predominio de
especies de Aspergillus, es especial A. fumigatus y A. flavus. Se presentan en
individuos inmunocompetentes, por lo general adultos, y es una infección no
invasiva que genera sinusitis crónica y formación de bolas fúngicas en los
senos paranasales. Desde el punto de vista clínico se presenta como sinusitis
unilateral (80%) y en menos proporción bilateral, esfenoidal y etmoidal; genera
descarga purulenta en la mayoría de los casos; los pacientes refieren dolor
facial, obstrucción crónica y descarga retronasal; aproximadamente un cuarto de
los casos suelen ser asintomáticos. Su diagnóstico presuntivo se hace mediante
tomografías computarizadas, en donde por lo general se observan áreas
hiperdensas heterogéneas, y se confirma mediante histopatología, donde se
presentan las bolas o pelotas fúngicas, que son masa de hifas bien organizadas,
rodeadas de una membrana mucosa. Los exámenes directos son positivos a partir
de lavados nasales en la mitad de los casos, y los cultivos suelen ser
negativos en aproximadamente un 60 % de los casos.
Miscelánea
En
raras ocasiones, Aspergillus puede afectar a diversos órganos como son el corazón
(drogadictos), vías urinarias y SNC.
Diagnóstico
diferencial
Alergias
|
Alergias
a diversos hongos filamentosos, pólenes
|
Aspergilomas
|
Neoplasias
(carcinomas), histoplasmomas
|
Invasiva
|
Coccidioidomicosis,
histoplasmosis, tuberculosis miliar
|
Ulceras
necróticas
|
Mucormicosis
cutánea primaria, micobacteriosis atípica
|
Onicomicosis
|
Tiña
de las uñas
|
Aspergilosis
diseminada
|
Kala-azar,
histoplasmosis, blastomicosis
|
ótica
y oftálmica
|
Infecciones
bacterianas
|
Rinosinusitis
aspergilar
|
Rinosinusitis
bacteriana
|
Diagnóstico de laboratorio
Toma de muestras:
se manejan tipos de muestras, como son esputo, lavado bronquial, exudados,
fragmentados de biopsia, etc. El material recolectado se divide en dos partes
de observación y su cultivo.
Examen directo: la
muestra se coloca entre portaobjetos con hidróxido de potasios (KOH) al 10% o
solución salina. Dependiendo el tipo de Aspergilosis se van a observan diversas
formas.
Cultivos:
Se debe realizar en medios ordinarios como Sabouraud agar, papa dextrosa agar.
No es recomendable utilizar medios con antibióticos, porque las especies de
Aspergillus se inhiben con la cicloheximida; debido a que estos hongos son
contaminantes del ambiente, e incluso de vías respiratorias, piel y conducto
auditivo externo, es importante hacer cultivos e intervalos seprados (días).
Biopsias:
son útiles para los casos de aspergilomas en los que los exámenes directos no
sean positivos; en los cortes se presenta una masa de hifas tabicadas. Las
biopsias son indispensables para la ulceras cutáneas y micetomas.
Radiografías y tomografías: indispensables
para las formas pulmonares; en el caso de los aspergilomas se observa en
radiografía y tomografía computarizada el signo de media luna y en la
Aspergilosis invasiva el signo de halo.
Tratamiento
Un aspergiloma no suele tratarse (con medicamentos
antimicóticos), a menos que haya sangrado en el tejido pulmonar, en cuyo caso
se requiere cirugía.
La aspergilosis invasiva se trata con varias
semanas de un fármaco antimicótico llamado voriconizol, el cual se puede
administrar por vía oral o directamente dentro de la vena (IV). También se
pueden utilizar anfotericina B, equinocandinas o itraconazol.
La endocarditis causada por Aspergillus se trata mediante la extirpación quirúrgica de las
válvulas cardíacas infectadas. También se necesita una terapia antimicótica a
largo plazo.
Los fármacos antimicóticos solos no ayudan a las
personas con aspergilosis alérgica. Este tipo de aspergilosis se trata con
fármacos que inhiben el sistema inmunitario (inmunodepresores), casi siempre
prednisona por vía oral.
Pronóstico
Con tratamiento, las personas
con aspergilosis alérgica generalmente mejoran con el tiempo. Es común que la
enfermedad reaparezca (recaída) y que sea necesario repetir el tratamiento. Si
la aspergilosis invasiva no mejora con el tratamiento farmacológico, finalmente
lleva a la muerte. El pronóstico para una persona con este tipo de aspergilosis
también depende de su enfermedad y del
funcionamiento de su sistema inmunitario.
Prevención
y control
Por lo tanto, actualmente la
prevención es la medida más eficaz para el control de las aspergilosis
invasoras. En el medio hospitalario, los pacientes con riesgo de sufrir una
aspergilosis profunda deben evitar el contacto con productos vegetales
(plantas, semillas o especias). Por otra parte, es necesario un completo
alejamiento de estos enfermos de cualquier trabajo de construcción o reforma.
La utilización de filtros de alta eficacia, filtros absolutos HEPA (high-efficiency particulated air) y
en particular de flujo laminar, reduce en gran medida, pero no completamente,
el riesgo de una aspergilosis invasora. Por desgracia, muchos de estos enfermos
ya se encuentran colonizados por Aspergillus
cuando llegan al hospital y, además, en una habitación es muy difícil mantener
un ambiente libre de esporas por mucho que se extremen las medidas de
aislamiento (las inevitables entradas del personal sanitario son una de las
causas más frecuentes de rotura del flujo laminar y de circulación de esporas
procedentes de su vestimenta). A pesar de todo, los pacientes con elevado riesgo
de aspergilosis (receptores de hígado o pulmón, neutropénicos y grandes
quemados) deben ser albergados en habitaciones especialmente diseñadas, con
aislamiento adecuado de puertas y ventanas, aire filtrado a través de HEPA,
flujo laminar, presión diferencial positiva y un elevado número de renovaciones
de aire (más de doce por hora).
Las medidas preventivas
anteriormente mencionadas deben ir acompañadas de una adecuada formación del
personal sanitario a cargo de estos enfermos, en todos los aspectos relacionados
con la aspergilosis nosocomial y su profilaxis. Así mismo, es necesario
realizar una vigilancia epidemiológica adecuada sobre estos pacientes de alto
riesgo mediante cultivos nasofaríngeos periódicos para detectar cuanto antes
las posibles colonizaciones por Aspergillus.
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