miércoles, 24 de febrero de 2016

ASPERGILOSIS (micosis profunda)

ASPERGILOSIS
El termino aspergilosis involucra una serie de enfermedades, la mayoría de ellas causadas por especies patógenas y oportunistas del genero Aspergillus. Los tipos de aspergillus más frecuentes son: pulmonar, diseminada, cutánea, ótica, oftálmica y estados de hipersensibilidad inmunológicos (alergias).
Etiología
Es producida por hongos Ascomycetes, de la familia Trichocomaceae, en la actualidad clasificada dentro de la clase Euascomycetes. Las especies oportunistas son en promedio de 20 y las más reportadas como causantes de cuadros patológicos son siete: el mas importantes Aspergillus fumigtus, seguido de otras especies, Aspergillus niger, Aspergillus flavus, Aspergillus terreus, Aspergillus nidulans, Aspergillus glacus, Aspergillus versicolor.
Aspectos epidemiológicos
Distribución Geográfica: la aspergilosis es una enfermedad cosmopolita, que se ha reportados prácticamente todas las partes del mundo.
Fuente de infección y hábitat: las diversas especies oportunistas de Aspergillus son ubicuas, ocupan el primero o segundo lugar dentro de los hongos contaminantes del ambiente, se aíslan con frecuencia del aire, tierra, plantas, materia orgánica en descomposición y en especial contaminan alimentos, sobre todo los que contienen carbohidratos y fibras (pan, dulces, alimento de aves, granos, etc.) tienen un importante papel en el reciclaje del carbono y nitrógeno. Muchos brotes nosocomiales de aspergilosis están asociados a obras de reconstrucción hospitalaria y a ductos contaminados.
Algunas especies del género de Aspergillus son parte de la flora habitual de diversas zonas del cuerpo como orofaringe, fosas nasales, piel, saco lagrimal, oído y tubo gastrointestinal, por lo que su aislamiento debe tener correlación clínica.
Vía de entrada: debido a que los conidios de Aspergillus sp. se encuentra constantemente en el ambiente, la principal vía de ingreso al organismo es la respiratoria; sin embargo, pueden penetrar por traumatismos cutáneos. Algunos cuadros clínicos, como otomicosis y onicomicosis, se explican por el solo contacto con los conidios y sus diferentes mecanismos de patogenicidad.
Sexo y edad: la aspergilosis se presenta en igual proporción en los dos sexos; se ha visto en todas las edades, pero la frecuencia en cada grupo etario puede varias de acuerdo con la forma clínica; por ejemplo, la aspergilosis pulmonar y la onicomicosis son propias de los adultos, en cambio, la otomicosis y los estados de hipersensibilidad so más bien de adolescentes y adultos jóvenes. Las ulceras necróticas cutáneas, palatinas y la infección pulmonar asociada a la leucemia son propias de niños y jóvenes, y menos frecuentes en los adultos.
Ocupación: desempeña una función específica en la adquisición de la enfermedad; por ejemplo las personas que manejan granos (maíz, centeno, trigo, alimento de aves, etc.) están sujetas a inhalar grandes cantidades de esporas o conidios, ya que las especies de Aspergillus saprofitan estos productos.
Periodo de incubación: no está determinada y depende de cada forma clínica.
Factores de predisposición: la mayoría de las veces la aspergilosis está ligada a diversos factores, entre los que sobresalen desnutrición, tuberculosis, absceso hepático amebiano, alcoholismo crónico, carcinomas pulmonares, etc.; o se presenta en pacientes inmunocomprometidos por linfomas, leucemias, trasplante de órganos, VIH-SIDA y corticoterapia. A pesar del incremento de casos VIH-SIDA, pocos se asocian con cuadros de aspergilosis, y cuando se presentan, lo hacen en forma diseminada. La escasa cantidad de casos de ha explicado porque la aspergilosis se produce en pacientes con neutropenia y no con linfopenia, la cual normalmente presenta los enfermos con SIDA; sin embargo la sobrevida de estos por los actuales tratamientos, hacen que tengan ambos procesos de inmunosupresión.
Patogenia
El desarrollo del padecimiento depende del tipo clínico de aspergilosis de que se trate; la infección inicia por el contacto del hongo con el individuo que, dependiendo de sus factores de predisposición, presenta una forma clínica específica. Aspergillus spp., tienen factores de virulencia diversos; lo más importantes son: adhesinas, pigmentos melánicos, paquetes enzimáticos y sustancias toxicas. La explicación patogénica de cada forma clínica en la siguiente:
Aspergilosis alérgica: los conidios de Aspergillus sp., se inhalan con frecuencia y saprofitan las mucosas sin que puedan reproducirse; sin embargo, causan producción anormal de moco y eosinofilia local tisular. Los linfocitos Th2 CD4+ de los pacientes con Aspergilosis broncopulmonar alérgica están restringidos a la manifestación de antígenos de histocompatibilidad clase 2. Las moléculas  HLA-DR están asociadas con susceptibilidad; en cambio, las HLA-DQ2 están relacionadas con resistencia. El hongo puede alterar la calidad del moco, llegando a impactar el bronquio, que se distiende en forma mecánica. En casos severos el epitelio es destruido y cubierto por una membrana constituida por fibrina, células inflamatorias, restos tisulares y escasos elementos fúngicos. Las lesiones bronquiales se extienden con rapidez y dan síntomas debidos a las reacciones de hipersensibilidad. 
Aspergilomas o saprofitacion pulmonar: su formación se inicia por la aspiración de conidios, los cuales se desarrollan en antiguas cavidades tuberculosas o lesiones tumorales, forman una masa micelial amarilla-café o verdosa que se rodea de una pared fibrosa; en general es única y se localiza de preferencia en el lóbulo superior. El centro del aspergiloma está compuesto de una membrana corrugada, constituida por fibrina, restos celulares y elementos fúngicos (hifas, conidios y cabezas aspergilares), los cuales se sitúan en la capa interna de la cavidad. Al desarrollarse, el aspergiloma actúa mecánicamente como una válvula, provocando obstrucción bronquial. En raras ocasiones el hongo invade la pared de la cavidad y el pulmón adyacente.
Aspergilosis invasiva: es el tipo más grave de infección pulmonar; se presenta en especial en pacientes severamente inmunocomprometidos por leucemia, linfomas, corticoterapia o trasplante de órganos. El hongo ingresa por vía respiratoria; invade el tejido pulmonar, que presenta poca reacción; los conidios se desarrollan hasta formar hifas tabicadas y ramificadas; esto se logra debido a alteraciones en el sistema inmune primario (polimorfonucleares).  La lesión es muy parecida a un infarto hemorrágico o a un absceso; debido a la invasión micótica puede afectarse una rama de la arteria pulmonar, lo cual causa fenómenos trombóticos.  La lesión presenta edema importante, con un centro necrótico, que contiene restos celulares, fibras reticulares e hifas. En los casos crónicos se ven numerosas hifas tabicadas, sin conidios; los alveolos se encuentran llenos de material fibrinoso; existe poca respuesta tisular a la infección, compuesta por escasos linfocitos y fibroblastos. Esta variedad clínica se disemina con gran facilidad a diversos órganos de la economía, por la inmunosupresión del huésped y por la invasividad del hongo, lo cual es generada por una enzima hidrolitica similar a la tripsina, esto contribuye en gran medida a la extensión de las lesiones.
Aspergilosis diseminada: estas formas por lo regular son consecuencia de cuadros pulmonares (invasivos) y se presentan en pacientes inmunosuprimidos.
Formas cutáneas: las formas cutáneas primarias se inician por lo regular a partir de traumatismos que inoculan al hongo (venopunción, catéteres, etc.), en especial en individuos hospitalizados; asimismo, la forma palatina se presenta por aspiración de los conidios, los cuales perforan el paladar; es un cuadro similar a la mucormicosis palatina. La onicomicosis inicia en forma similar a otras infecciones ungueales, como la producida por dermatofitos; las estructuras fúngicas se instalan por lo regular en el borde libre de la uña, dando una infección subungueal distal o lateral. Los raros casos de micetoma se presentan también por  inoculación del hongo a través de traumatismos, hasta forma una estructura micelial organizada (grano), lo cual explica por qué la reacción tisular es siempre un granuloma supurativo y, ocasionalmente, a cuerpo extraño. Los casos observados en pacientes quemados se presentan como una saprofitación  del tejido necrótico. La generación de las infecciones cutáneas se da como consecuencia de los diversos factores de virulencia de las especies de Aspergillus, en particular las adhesinas y los paquetes enzimáticos.
Infecciones de ojos y oídos: las otomicosis son infecciones endógenas, que se presentan como consecuencia de humedad y exceso de debris celular en el conducto auditivo externo; existe un crecimiento descontrolado del hongo, lo cual se considera, de manera estricta, una saprofitación. Las queratitis micóticas, en cambio, son por lo regular exógenas, se presentan como consecuencia de un traumatismo que inocula al hongo, y de los factores que lo favorecen, en especial tratamientos con antibióticos y esteroides tópicos. Se cree que en algunos casos los hongos son parte de la flora del saco conjuntival y se desarrollan después del traumatismo, favorecidos por los tratamientos mencionados.
Hay una serie de factores asociados con la virulencia de las cepas, la mayoría de los cuales han sido estudiados, en particular en A. fumigatus. Muchos autores coinciden en que la virulencia de este hongo, como de otras especies, funciona de una manera multifactorial; son importantes: las adhesinas o proteínas de superficie, para la interacción con las células receptoras; la producción de pigmentos de melanina en formas de varillas; una variedad de enzimas, dentro de las que destacan: proteasas, peptidasas, catalasas, elastasas, fosfolipasas y superoxido-dismutasa, asi como sustancias toxicas o micotoxinas como dos que producen lisis celular, la restrictosina ribonucleasa y hemolisina; asimismo, recién se ha estudiado la gliotoxina, que produce inmunosupresión.
Aspectos clínicos
Las variedades o formas clínicas de las Aspergilosis son las siguientes:
Aspergilosis pulmonar
Aspergilosis alérgica
Saprofitación pulmonar (aspergilomas)
Infección pulmonar invasiva
Aspergilosis diseminada
Aspergilosis cutánea
Ulceras necróticas
Onicomicosis
Micetoma
Saprofitación en pacientes quemados
Otomicosis
Queratitis micóticas (ulceras corneales)
Rinosinusitis (bolas fúngicas)
Miscelánea.

Aspergilosis pulmonar
Aspergilosis alérgica:
Los conidios de las diversas especies de Aspergillus con frecuencia están en el ambiente y, al igual que los pólenes, constantemente ingresan a las vías aéreas, por lo que algunos individuos, en especial los atópicos, pueden generar reacciones de hipersensibilidad o alergias, que se manifiestan casi siempre como renitis, alveolitis y asma; sin embargo, no solo dichos pacientes llegan a generar este tipo de procesos; por ejemplo, los que están sujetos a inhalar  grandes cantidades de conidios (granjeros, limpiadores de cuero, etc.), pueden dar paso a cuadros como la alveolitis alérgica extrínseca, de aquí el nombre de “pulmón de granjero”.
En el caso de Aspergilosis alérgica, el hongo rara vez se encuentra parasitando las mucosas de las vías respiratorias, proceso que se explica por un estado de hipersensibilidad, con aumento de anticuerpos (IgE), pero no de las precipitinas (IgG). En algunas ocasiones, sobre todo cuando hay invasión bronquial, se puede elevar ambas inmunoglobulinas (IgE e IgG), lo que provoca infiltrado pulmonar diseminado con aumentos de los eosinófilos. Los signos y síntomas clínicos por rinitis por Aspergillus  sp., son inespecíficos, es decir, son iguales a los de otros procesos alérgicos (por hongos, pólenes, etc.); los pacientes presentan rinorrea, edema de la mucosa nasal, estornudos constantes, epifora, hiperemia conjuntival y prurito nasal. En el caso del asma, la sintomatología es más intensa debido a la reducción del diámetro de las vías respiratorias; los aspectos clínicos están integrados básicamente por una triada, que se presenta por episodios y está constituida por: disnea, tos y broncoespasmo; como consecuencia de la ventilación defectuosa, se observan hipoxemia, cianosis, hipertrofia ventricular derecha y pulso paradójico, esto último en casos muy crónicos.
Es importante determinar la hipersensibilidad específica en estos pacientes, lo cual se hace por medio de la intradermorreacción cutánea (IDR) o cutirreación, con extracto de antígeno de Aspergillus spp., que en general determina la hipersensibilidad inmediata. Las especies que con más frecuencia producen Aspergilosis alérgicas son: A. fumigatus, A. flavus, A. terreus y A. nidulans.
Desde el punto de vista radiológico, se caracteriza por infiltrado pulmonar transitorio, parahiliar y apical; en ocasiones la obstrucción de un bronquio por el moco y alguna estructura fúngica da lugar a atelectasias segmentarias, y rara vez de todo un lóbulo o un pulmón completo. La afección pulmonar por A. fumigatus suele presentarse como una complicación de la fibrosis quística.
Aspergilomas o saprofitación pulmonar:
Lo aspergilomas se forman por la aspiración constante de los conidios, en partículas de aquellos que saprofitan antiguas cavidades o espacios formados por procesos como tuberculosis, abscesos, histoplasmosis, sarcoidosis, carcinomas y bronquiectasis. En un inicio comienzan a invadir dichos espacios, hasta dar origen a las “bolas o pelotas fúngicas”, que están formadas por masas de micelio compacto, entremezcladas con el moco; pueden ser móviles; están generan irritación bronquial y obstrucción, pero no invaden los tejidos. Para algunos autores, los aspergilomas se forman también como resultado de la Aspergilosis crónica alérgica.
Cuando comienza la colonización de los hongos, caso no hay sintomatología’ esta empieza cuando se está formando el aspergiloma. Muchos pacientes presentan tos discreta, a veces mucopurulenta y con hemoptisis recurrentes; solo una minoría refiere fiebre, disnea y ataque al estado general. La imagen radiológica casi siempre se observa localizada en el lóbulo superior, en un inicio como opacidad con un halo radiolúcido alrededor en forma de media luna   o croissant (signo de Monod), que es un espacio de aire, cuando el aspergiloma está bien formado, se ve una radiopacidad redonda bien limitada, que puede localizarse bilateralmente, pero casi siempre está en el lóbulo superior derecho (“bola o pelota fúngica”); a veces se puede observar un anillo o circulo completo de aire que rodea toda la masa fúngica. La mayoría de paciente con aspergilomas cursa con IgG elevada, mientras que la IgE puede o no estar aumentada; en los casos en que la IgE se incrementa, el paciente cursa también con un cuadro alérgico (alveolitis, asma, etc.), y puede darse origen a la formación de granulomas eosinofilicos. Las especies que forman aspergilomas con más frecuencia son: A. fungimatus, A. niger, A. flavus.
Infección pulmonar invasiva:
Llamada también Aspergilosis invasora, es una entidad clínica poco frecuente y de mal pronóstico; sin embargo, en los últimos años ha tenido un incremento importante; es una entidad subdiagnosticada y se calcula que cerca del 30% de los casos no se confirman; se observan en pacientes inmunosuprimidos, sobre todo por leucemias, corticoterapia, trasplantes y linfomas. A diferencia de los aspergilomas, en este proceso si se invade el parénquima pulmonar. El cuadro se inicia por la aspiración constante de los conidios; después se forman lesiones pulmonares crónicas, que dan el aspecto de una neumonía necrosante o de abscesos pulmonares. La sintomatología es más marcada, con tos constante, expectoración mucopurulenta, hemoptisis, fiebre moderada, disnea, astenia y adinamia. Conforme el proceso avanza se genera trombosis de los vasos y necrosis localizada; por tanto, la infección se llega diseminar   hacia diversos órganos como: hígado, intestino, bazo, corazón y sistema nerviosos central.
En las radiografías se observa una imagen de bronconeumonía con infiltrados y múltiples zonas de consolidación, que suele confundirse con carcinomas pulmonares; en las tomografías computarizadas, se puede presentar el sigo de halo (espacio de aire aproximadamente de 2-3 mm), que es altamente sugestivo de la enfermedad. El paciente con Aspergilosis invasiva por lo regular cursa con deficiencia en la inmunidad celular; en cambio, la IgE e IgG no se encuentran elevada. Las especies que generan Aspergilosis invasiva con más frecuencia son: A. fumigatus, A. niger, A. flavus.
Aspergilosis diseminada:
Es una entidad clínica rara, de mal pronóstico; se presenta en pacientes severamente inmunosuprimidos, se origina a partir del foco pulmonar invasivo y se disemina por via hemática hacia cualquier órgano de la economía (bazo, hígado, corazón, intestino y SNC), donde genera cuadros granulomatosos, trombóticos y necrosantes. La sintomatología dependerá del órgano afectado.
 Aspergilosis Cutánea
Ulceras necróticas
La Aspergilosis cutánea primaria es una entidad clínica rara, propia de pacientes con procesos debilitantes, que se observa sobre todo en leucémicos o en sujetos que han sido sometidos a trasplantes (terapia inmunosupresora).  La vía de entrada del hongo es cutánea; la enfermedad se presenta en ambos sexos y en todas las edades, pero se ha visto con más frecuencias en niños. Se inicia por lo regular como consecuencia de traumatismos con sondas, cánulas, jeringas y en especial aparece debajo de esparadrapos o cintas adhesivas. La topografía clínica preferente es de brazos, piernas y tronco, pero también suele presentarse en palmas y plantas (niños); al principio el cuadro clínico es muy vago y por lo regular se confunde con problemas de dermatitis por contacto; se inicia con la formación de pápulas eritematosas  que al progresar forman placas purpuricas y hemorrágicas  con áreas necróticas. Clínicamente es muy similar a los casos de mucormicosis cutánea primaria, la sintomatología es de prurito y dolor a la palpación. El pronóstico de esta enfermedad es malo, porque el hongo puede diseminar por vía hemática a cualquier órgano de la economía.
A nivel de paladar también se llegan a presentar ulceras necróticas de desarrollo tórpido; al igual que las cutáneas, se dan en pacientes con marcada neutropenia, se ven más en niños con leucemia y se han relacionado con hospitales en reconstrucción, tal vez por la facilidad con la que los conidios se transmiten a través del polvo. Es importantes subrayas que son similares a las mucormicosis y también tienen mal pronóstico. La etiología es casi siempre por A. flavus (80%), pero se han observado casos de A. niger, A. fumigatus y A. versicolor.
Onicomicosis:
Las uñas se afectan de manera esporádica por algunas especies de Aspergillus, como A. niger, A. terreus y A. flavus. La infección se presenta con más frecuencia en las uñas de los pies y se parasitan una o varias; el ataque se inicia por el borde libre, y da un cuadro clínico clásico de onicomicosis subungueal distal; cuando se hace crónica es distrófica total; estos casos son propios de pacientes con trastornos circulatorios o posteriores a traumatismos. Desde el punto de vista clínico, las lesiones son similares a las producidas por dermatofitos; en un principio las uñas se ven con estrías; luego se vuelve opacas, polvosas, pierden su consistencia, presentan importante paquioniquia y en algunas ocasiones toman tonalidades verdosas u oscuras.
Micetomas:
Se han reportado algunos casos por granos blancos, producidos por A. nidulans y A. flavus; su aspecto clínico es similar al de los micetomas eumiceticos, es decir, se presentan sobre todo en miembros inferiores, con aumento de volumen, deformación de la región que afecta y múltiples trayectos fistulosos de donde drenan granos blancos o blanco-amarillentos, grandes (1-3 mm).
Saprofitación en quemados:
Algunas especies de Aspergillus, como: A. fumigatus y A. niger, saprofitan las lesiones por quemaduras (muy extensas), sobre todo en pacientes que no reciben adecuada asepsia, antisepsia y curación de quemadura. El crecimiento del hongo se observa sobre el tejido necrótico, con un aspecto “mohoso”. Es importante citas que estos enfermos requieren terapia antimicótica para que se lleve a cabo con más facilidad el procesos de cicatrización.

Infecciones por Aspergillus en oídos y ojos
 Las diversas especies de Aspergillus suelen saprofitar el conducto auditivo externo, en especial en individuos que mantienen los oídos húmedos (nadadores); la participación de los hongos solo es saprofitica, porque no invaden el tejido, produciendo una otitis micótica externa. A nivel ocular, las especies de Aspergillus produce queratitis micótica; en este órgano si se presenta invasión tisular; el cuadro clínico por lo regular se inicia después de traumatismos oculares o se manifiesta posterior a ulceras corneales y se intensifica con el uso de esteroides y de antibióticos tópicos.
Rinosinusitis (Bolas fúngicas)
Las Rinosinusitis fúngica es un padecimiento que se ha incrementado en la última década, es causada por diversos hongos filamentosos, con un predominio de especies de Aspergillus, es especial A. fumigatus y A. flavus. Se presentan en individuos inmunocompetentes, por lo general adultos, y es una infección no invasiva que genera sinusitis crónica y formación de bolas fúngicas en los senos paranasales. Desde el punto de vista clínico se presenta como sinusitis unilateral (80%) y en menos proporción bilateral, esfenoidal y etmoidal; genera descarga purulenta en la mayoría de los casos; los pacientes refieren dolor facial, obstrucción crónica y descarga retronasal; aproximadamente un cuarto de los casos suelen ser asintomáticos. Su diagnóstico presuntivo se hace mediante tomografías computarizadas, en donde por lo general se observan áreas hiperdensas heterogéneas, y se confirma mediante histopatología, donde se presentan las bolas o pelotas fúngicas, que son masa de hifas bien organizadas, rodeadas de una membrana mucosa. Los exámenes directos son positivos a partir de lavados nasales en la mitad de los casos, y los cultivos suelen ser negativos en aproximadamente un 60 % de los casos.
Miscelánea
En raras ocasiones, Aspergillus puede afectar a diversos órganos como son el corazón (drogadictos), vías urinarias y SNC.

Diagnóstico diferencial
Alergias
Alergias a diversos hongos filamentosos, pólenes
Aspergilomas
Neoplasias (carcinomas), histoplasmomas
Invasiva
Coccidioidomicosis, histoplasmosis, tuberculosis miliar
Ulceras necróticas
Mucormicosis cutánea primaria, micobacteriosis atípica
Onicomicosis
Tiña de las uñas
Aspergilosis diseminada
Kala-azar, histoplasmosis, blastomicosis
ótica y oftálmica
Infecciones bacterianas
Rinosinusitis aspergilar
Rinosinusitis bacteriana


Diagnóstico de laboratorio
Toma de muestras: se manejan tipos de muestras, como son esputo, lavado bronquial, exudados, fragmentados de biopsia, etc. El material recolectado se divide en dos partes de observación y su cultivo.
Examen directo: la muestra se coloca entre portaobjetos con hidróxido de potasios (KOH) al 10% o solución salina. Dependiendo el tipo de Aspergilosis se van a observan diversas formas.
Cultivos: Se debe realizar en medios ordinarios como Sabouraud agar, papa dextrosa agar. No es recomendable utilizar medios con antibióticos, porque las especies de Aspergillus se inhiben con la cicloheximida; debido a que estos hongos son contaminantes del ambiente, e incluso de vías respiratorias, piel y conducto auditivo externo, es importante hacer cultivos e intervalos seprados (días).
Biopsias: son útiles para los casos de aspergilomas en los que los exámenes directos no sean positivos; en los cortes se presenta una masa de hifas tabicadas. Las biopsias son indispensables para la ulceras cutáneas y micetomas.
Radiografías y tomografías: indispensables para las formas pulmonares; en el caso de los aspergilomas se observa en radiografía y tomografía computarizada el signo de media luna y en la Aspergilosis invasiva el signo de halo.
Tratamiento
Un aspergiloma no suele tratarse (con medicamentos antimicóticos), a menos que haya sangrado en el tejido pulmonar, en cuyo caso se requiere cirugía.
La aspergilosis invasiva se trata con varias semanas de un fármaco antimicótico llamado voriconizol, el cual se puede administrar por vía oral o directamente dentro de la vena (IV). También se pueden utilizar anfotericina B, equinocandinas o itraconazol.
La endocarditis causada por Aspergillus se trata mediante la extirpación quirúrgica de las válvulas cardíacas infectadas. También se necesita una terapia antimicótica a largo plazo.
Los fármacos antimicóticos solos no ayudan a las personas con aspergilosis alérgica. Este tipo de aspergilosis se trata con fármacos que inhiben el sistema inmunitario (inmunodepresores), casi siempre prednisona por vía oral.

Pronóstico

Con tratamiento, las personas con aspergilosis alérgica generalmente mejoran con el tiempo. Es común que la enfermedad reaparezca (recaída) y que sea necesario repetir el tratamiento. Si la aspergilosis invasiva no mejora con el tratamiento farmacológico, finalmente lleva a la muerte. El pronóstico para una persona con este tipo de aspergilosis también  depende de su enfermedad y del funcionamiento de su sistema inmunitario.
Prevención y control
Por lo tanto, actualmente la prevención es la medida más eficaz para el control de las aspergilosis invasoras. En el medio hospitalario, los pacientes con riesgo de sufrir una aspergilosis profunda deben evitar el contacto con productos vegetales (plantas, semillas o especias). Por otra parte, es necesario un completo alejamiento de estos enfermos de cualquier trabajo de construcción o reforma. La utilización de filtros de alta eficacia, filtros absolutos HEPA (high-efficiency particulated air) y en particular de flujo laminar, reduce en gran medida, pero no completamente, el riesgo de una aspergilosis invasora. Por desgracia, muchos de estos enfermos ya se encuentran colonizados por Aspergillus cuando llegan al hospital y, además, en una habitación es muy difícil mantener un ambiente libre de esporas por mucho que se extremen las medidas de aislamiento (las inevitables entradas del personal sanitario son una de las causas más frecuentes de rotura del flujo laminar y de circulación de esporas procedentes de su vestimenta). A pesar de todo, los pacientes con elevado riesgo de aspergilosis (receptores de hígado o pulmón, neutropénicos y grandes quemados) deben ser albergados en habitaciones especialmente diseñadas, con aislamiento adecuado de puertas y ventanas, aire filtrado a través de HEPA, flujo laminar, presión diferencial positiva y un elevado número de renovaciones de aire (más de doce por hora).

Las medidas preventivas anteriormente mencionadas deben ir acompañadas de una adecuada formación del personal sanitario a cargo de estos enfermos, en todos los aspectos relacionados con la aspergilosis nosocomial y su profilaxis. Así mismo, es necesario realizar una vigilancia epidemiológica adecuada sobre estos pacientes de alto riesgo mediante cultivos nasofaríngeos periódicos para detectar cuanto antes las posibles colonizaciones por Aspergillus.

No hay comentarios:

Publicar un comentario