HISTOPLASMOSIS
DEFINICIÓN
La histoplasmosis o histoplasmosis americana es una micosis sistémica, aerobia, oportunista, producida por el hongo Histoplasma capsulatum presente en excretas de murciélagos y algunas aves. En 95% de los afectados es subclínica o benigna, y en una proporción baja, pulmonar progresiva o cutánea crónica. Se inicia regularmente a nivel pulmonar y posteriormente puede diseminarse a diferentes órganos, pudiendo presentarse clínicamente como una infección asintomática, infección primaria pulmonar y cutánea aguda o crónica y formas secundarias diseminadas.
EPIDEMIOLOGÍA
La histoplasmosis tiene una distribución cosmopolita, es endémica en regiones de clima tropical y templado sobre todo en el continente americano. Está presente en Estados Unidos, América Latina, África y parte de Asia. Es endémica en la parte central este de Estados Unidos, en los Valles de Missouri ( rio Mississippi) y Ohio, sur de Canadá; Centro y Sudamérica, reportándose en México, Honduras, Guatemala, Nicaragua, Costa Rica, Puerto Rico, Panamá, Bélice, Jamaica, Sumirán, Colombia, Venezuela, Brasil, Perú, Ecuador y Argentina (Sánchez-Saldaña, 2010) .
Hábitat y Fuente de Infección. El Histoplasma capsulatum tiene su hábitat en el suelo y detritus vegetales, sobre todo en el suelo con alto contenido de nitrógeno, en especial se ha aislado del guano proveniente de las aves y murciélagos. La época de mayor reproducción del hongo es en el verano, cuando la temperatura y humedad son altas; sin embargo, en la temporada seca es cuando se adquiere la mayor parte de primoinfecciones, porque las esporas se transportan por el aire y polvo.
Vía de entrada Es vía inhalatoria a través del aparato respiratorio, por la aspiración de las esporas, infecciones micóticas sistémicas o profundas. Periodo de incubación El periodo de incubación se encuentra entre 1 a 3 semanas, casos extremos 1 a 3 días hasta 1 a 5 meses. Edad y sexo La histoplasmosis se presenta a cualquier edad, con mayor incidencia entre la 3er y 4ta década de la vida, probablemente por factores ocupacionales. Los niños son los más susceptibles, tienen alta tendencia a la diseminación, y por lo tanto mal pronóstico. Los factores predisponentes son importantes sobre todo en la forma progresiva y crónica de la enfermedad. Se observan en los pacientes con distintos tipos de inmunodeficiencia como diabetes, linfomas, leucemias, trasplantes de órganos, alcoholismo, sida, etc.
ETIOLOGÍA
Existen tres especies de Histoplasma:
- Histoplasma capsulatum, un hongo dimórfito, agente causal de la histoplasmosis americana.
- Histoplasma duboisii, responsable de la histoplasmosis africana.
- Histoplasma farsiminosum, agente causal de la linfangitis epizoótica de los equinos.
El Histoplasma capsulatum, expresa su fase parasitaria a temperatura de 37 O C, en forma de levadura, que es la forma en la cual se presenta en los tejidos (Sánchez-Saldaña, 2010)
PATOGENIA
La histoplasmosis se produce por la inhalación de microconidias a través de la vía respiratoria, con menor frecuencia por inoculación cutánea directa del hongo; de esta manera alcanza el alveolo pulmonar, siendo ingeridos por los macrófagos tisulares donde se transforman en levaduras (su fase invasiva) y se multiplican en el interior de los macrófagos lisando al macrófago, y progresa por contigüidad en los pulmones. Durante esta fase se produce una respuesta inflamatoria no característica.
En individuos inmunocompetentes, la infección queda controlada; pero si hay excesiva cantidad del agente infectante e inmunodeficiencia, el hongo se disemina vía hemática o a través del sistema reticuloendotelial hacia los ganglios regionales. La diseminación sanguínea es habitualmente asintomática. Si hay fallas en la inmunidad del huésped, se produce la diseminación a otros órganos como el hígado, bazo y la piel. (Sánchez-Saldaña, 2010)
CLÍNICA
La mayoría de las infecciones por H. capsulatum evolucionan de forma asintomática. Sin embargo, entre 5 y 10 % de los infectados presentan síntomas muy variables que dependen en gran medida del número de conidios inhalados y del estado inmunitario del hospedero. Las manifestaciones clínicas más frecuentes son:
Histoplasmosis pulmonar aguda
En su forma benigna es indistinguible de un resfriado común. Los síntomas más frecuentes son inespecíficos: fiebre, malestar general, cefalea, mialgia, anorexia, tos no productiva y dolor torácico. El comienzo es súbito; hay engrosamiento hiliar y del mediastino. Se puede presentar eritema nudoso y multiforme. Cuando la exposición ha sido muy intensa, es posible que se presente como una neumonía severa donde todos los signos anteriores se agudizan.
Histoplasmosis pulmonar crónica
Se desarrolla en el adulto, varón, entre la tercera y cuarta década de la vida, residente en áreas endémicas. Constituyen factores predisponentes el hábito de fumar y los defectos anatómicos preexistentes. Los síntomas iniciales son: fiebre, tos productiva, posible hemoptisis, disnea y de modo eventual otros signos de enfermedad respiratoria crónica (pérdida de peso, inanición, disnea, cianosis). Como complicaciones se han descrito, con menos frecuencia, el granuloma mediastínico, la fibrosis mediastínica y la pericarditis.
Histoplasmosis progresiva diseminada
Se presenta casi exclusivamente en individuos con factores de riesgo que comprometen la inmunidad mediada por células. En general se presenta como una infección pulmonar aguda de rápida diseminación a varios órganos y sistemas, con una elevada frecuencia de lesiones cutáneas y mucocutáneas, que llegan a causar la muerte en la mayoría de los casos
El cuadro clínico incluye fiebre, anorexia, pérdida de peso, hepatomegalia, esplenomegalia y linfadenopatía generalizada. En algunos casos se afecta un solo órgano o sistema, lo que puede dar lugar a endocarditis, meningitis o enfermedad de Addison. Una de las formas más característica consiste en la ulceración de la lengua, el paladar, la epiglotis, la laringe y la mucosa genital. Puede ser de origen exógeno o por una reactivación endógena a partir de alguna antigua infección latente. La respuesta al tratamiento es pobre. (Dr. C. Carlos M. Fernández Andreu, 2011)
DIAGNÓSTICO
La histoplasmosis se diagnostica a través de:
- Una biopsia de pulmón, piel, hígado o médula ósea
- Exámenes de sangre u orina para detectar anticuerpos o proteínas de histoplasmosis
- Cultivos de sangre, orina o esputo (esta prueba ofrece el diagnóstico más claro de histoplasmosis, pero los resultados pueden tardar 6 semanas)
Para ayudar a diagnosticar esta afección, es posible que su proveedor de atención médica recomiende una:
- Broncoscopía
- Tomografía computarizada del tórax
- Radiografía del tórax
- Punción raquídea para buscar signos de infección en el líquido cefalorraquídeo (LCR) (MedlinePlus, s.f.)
- Tomografía computarizada del tórax
- Radiografía del tórax
- Punción raquídea para buscar signos de infección en el líquido cefalorraquídeo (LCR)
TRATAMIENTO
La elección del tratamiento, así como la dosis y su forma de administración, dependen de las manifestaciones clínicas del paciente, así como de las patologías asociadas y sus tratamientos. Entre los antifúngicos de elección tenemos
- La anfotericina B.
- El itraconazol.
- El ketoconazol.
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